AMÈLIE

No sé mucho de cine, eso es bastante evidente. Podríamos decir que los clásicos que todo el mundo conoce como La naranja mecánica o, incluso Grease, las he tenido que ver por inercia, por no hacer algo responsable como puede ser estudiar. Sin embargo, ahora me ha dado por culturizarme un poco, y después de descargarme oleadas de pelis en V.O.S., empiezo a descubrirlas una a una.


La mejor, de momento, es Amèlie. Tierna, dulce, rápida, con ritmo, incomparable y es todavía mejor al apreciar la maravillosa voz del narrador en francés. Pero ella actúa de maravilla, te deja prendida de sus ojos introvertidos y carismáticos, como si estuviera en cualquier otro mundo que no conocemos.

A veces, las palabras que narran en la película es como si te transportaran a la mejor novela, en una cafetería en un día soleado. Otras veces, las descripciones se pierden en imágenes y en detalles que tienes que ir descubriendo. La imaginación de Amèlie está viva y te hace preguntarte si la tuya, en el fondo, también lo está (como me ocurrió después de ver Big Fish).

No tratan temas desastrosos como el futuro, el que ella no tenga estudios universitarios o el que él, al final, sea un sencillo dependiente de un Sex Shop. No, está todo envuelto en un halo rojo y amarillo, casi anaranjado, que no te hace pensar en otra cosa que no sea el momento, el presente, los simbolismos y las metáforas. El resto da igual.

Por ello y por la magia que desprende, creo que es una película indescifrable, de la cual no se puede decir su argumento como si fuera cualquier historia más. Así que os dejo enlazado el trailer, a ver si ya la conocíais o supone una revelación, como lo supuso para mí.