El rey de la ciudad púrpura

Eduardo sacudió la cabeza con energía.

- Por eso hemos de librar esta guerra: para proteger a Inglaterra y recuperar Aquitania.

- ¿Cúal fue el terrible pecado que cometió Felipe el Hermoso? ¿Y quien era el hombre que lo maldijo?

- El gran maestre del Temple. ¿Sabes quiénes eran los templarios?

- ¿Una orden de caballería? - dijo inseguro - ¿Como los sanjuanistas?

- Muy bien, Eduardo. Sí, eran una orden de caballería muy rica y poderosa. Tu bisabuelo temía su poder y codiciaba su riqueza, de modo que pactó con el Papa y planeó su desarticulación. Los templarios fueron acusados de herejía y otros delitos espantosos. Fueron perseguidos y capturados, torturados y quemados. Cuando su gran maestre subió a la pira, soltó su maldición, que, por cierto, también atañía al Papa, que se había dejado comprar por Felipe. Y este Papa impío falleció asimismo antes de que acabara el alo. Eduardo ¿tú qué crees que se puede aprender de esta historia?

El príncipe apoyó el mentón en la mano y se paró a pensar. Al poco repuso:

- Que a un enemigo que tenga poder para maldecirme hay que amordazarlo antes de ajusticiarlo.


750 páginas de absoluta precisión histórica. Los personajes son reales, los escenarios, reales. La personalidad del monarca y de la reina, aunque bastante decorada con bondeza, reales. Esta novela cuenta la historia de Jonah Durham, el cual es aprendiz en casa de su borracho, violador y déspota primo, que se dedica al comercio de los paños. Jonah es un chico avispado y astuto que tiene muchas ideas para nuevos negocios pero su primo no quiere ni verle delante y tratará de hacerle la vida imposible a un chico atado a esa casa y a su aprendizaje por las estrictas normas del gremio. Poco a poco crecerá y se independizará, conociendo a personajes de todo tipo dentro de los márgenes honorables de la ciudad de la corrupción: prostitutas, reyes de los ladrones, alcaldes sucios y comerciantes embusteros, nobles perversos y enfermedades sucias.

La verdad es que no conocía a la autora (Rebecca Gablé) pero la novela me ha parecido... bastante calcada a "La catedral del mar". Cierto es que ahora se estilan mucho esas vidas de jóvenes que se abren paso en un mundo cerrado y duro como es el medievo pero había tantas similitudes, que, sinceramente, espero que uno no se haya leído al otro.

Aún así es recomendable. Lo pasas bastante bien leyendo y, sin lugar a dudas, aprendes muchísimo sobre el funcionamiento gremial de Inglaterra en el siglo XIII.

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